Esta vez, para bucear

Regreso a Asia junto a mi hermano Fermín. Él es veterano en las cosas del submarinismo, yo lo soy en el continente. Juntos nos sumergiremos en las azules aguas del golfo de Tailandia, en la isla de Ko Tao. Un paraíso terrenal, dicen... y marino.

miércoles, 8 de abril de 2015

Ciao, Tortuga


Mañana quemaremos nuestras últimas horas en la isla. Nuestros amigos de Bilbao ya se han ido y nosotros partiremos a media tarde rumbo al autobús de diez horas que nos llevará a Bangkok para tomar el vuelo.

Hoy ha sido un día diferente. Hemos ido a conocer la cara Este de la isla. Ésta es montañosa y está cubierta por una densa selva tan sólo atravesada por estrechos caminos polvorientos cuajados de baches. Esos caminos hemos recorrido en una pickup subiendo y bajando cuestas imposibles para llegar hasta una minúscula cala paradisíaca.


En Tanote Bay, que es como se conoce a la playa, hemos cambiado la botella por el tubo y en unas rocas cercanas hemos podido observar de nuevo todo tipo de peces y gusanos marinos. Había algún trigger también. Y peces mariposa, que son monógamos, siempre nadan en pareja y cuando uno fallece el otro le guarda luto el resto de sus días. Durante un buen rato he estado jugueteando con unos peces negros que mordisqueaban mis pies mientras yo grababa la escena con mi camarita subacuática en plan Jacques Costeau. Por suerte no había plancton urticante, como en la inmersión de ayer. Hoy he amanecido con el brazo como si me hubieran devorado miles de mosquitos...


De vuelta a la aldea, hemos cenado con varios alumnos de Pura Vida a los que, como ya he dicho antes, hemos despedido porque tomaban su ferry esta misma noche. Mañana madrugaremos para bucear con tubo en Shark Bay, donde esperamos ver algún inofensivo escualo de punta negra. Sería un puntazo.

Y a las tres de la tarde  tomaremos nuestro barco y diremos adiós a un lugar del planeta de cuya existencia no sabía nada hace unos meses y del que, sin duda, me llevo un recuerdo especial.
Como siempre que abandono un lugar como este, pienso que lo más grande de este mundo tan enorme es que está lleno de rincones pequeños. Por eso viajo.

Hasta más ver, Isla Tortuga.


1 comentario:

  1. ¿Sabes que en Navarra hay infinidad de lugares de los que no tienes ni idea? Recorremos el mundo y no conocemos lo que tenemos tan cerca. Claro que aquí no hay playa, ¡vaya vaya!, y que ver un tiburón (aunque sea en alguna pescadería, es casi tan difícil como estar buceando junto a él en esa tierra en la que estás. Tampoco tenemos, ni falta que nos hace, plancton urticante, peor tenemos ortigas, que son más sanas y hasta se comen cocidas y se usan en medicina popular tradicional. ¿Has estado alguna vez, por ejemplo, en Zandio, Berroeta, la Vizcaya navarra, Aspurz, Traibuenas, Murillo el Cuende, etc. etc.? En fin, dice la Rubia mayor que ya os vale, que vengáis contentos a trabajar. Un abrazo

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